RECORDANDO A P. L. SETHI

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RECORDANDO A
P. L. SETHI

Escrito por: Iskcon News

Sábado, 14 de Marzo del 2009



P. L. Sethi, un contratista de construcciones, quien asistió a Srila Prabhupada en la adquisición y construcción del templo Juhu de ISKCON, ha fallecido el pasado 16 de febrero, a la edad de 88 años, en Mumbai, India.


A pesar de nunca haber estado oficialmente iniciado en ISKCON, Sethi siempre consideró a Prabhupada como su guru. A partir del momento que ambos se encontraron por vez primera en 1971, Sethi se convirtió en miembro vitalicio y siempre fue un incondicional y fiel seguidor de Srila Prabhupada.


En aquél mismo año, ISKCON adquirió cuatro acres cerca de Juhu Beach en Mumbai, apodando al lugar: “La Tierra Hare Krishna”, y levantaron un templo temporario allí. Sin embargo, los dueños anteriores del lugar, el Sr. y la Sra. Nair no permitían que las cosas ocurrieran tan fácilmente. A principios de los años 1970 la Sra. Nair convenció al Concejo Municipal de Bombay, a través de uno de sus miembros, el Sr. Pushpakant Mhatre, que emitiera una orden de demolición del templo temporario de ISKCON.


Respaldados por una enorme custodia policial, la cuadrilla de demolición de Nair invadió la Tierra Hare Krishna. A medida que la policía desalojaba y se llevaba a la fuerza a los devotos que protestaban, la cuadrilla comenzó a desmantelar la estructura del templo. Pero justo cuando ellos estaban arrancando el techo del cuarto de las Deidades, con Sri Sri Radha-Rasabihari aún adentro, Bal Thackeray, el líder del partido político local Shiv Sena, intervino y los detuvo.


Los devotos llevaron el caso a la justicia, la cual les concedió permiso para reconstruir el templo. Sin embargo, hubo una trampa: la total reconstrucción debía realizarse el mismo día en que se tomó esa decisión judicial, pues debían terminarla cuando se realizase la audiencia final ante la Suprema Corte, lo cual había sido programado para el día siguiente.


Cuando P. L. Sethi, quien había estado trabajando en el templo temporario, se enteró de lo que había ocurrido, quedó perplejo. Sin embargo, sin perder ni siquiera un minuto en su ritmo de trabajo, inmediatamente les aseguró a los devotos que reconstruiría el templo en un solo día.


A pesar que era domingo y no había almacenes, depósitos ni ferreterías abiertas, Sethi se las arregló para suministrar todos los materiales necesarios, incluso de su propio lugar de construcciones donde él trabajaba, organizando un equipo de trabajadores, albañiles y pintores.


A las 9 de la mañana, justo cuando comenzaban las tareas, comenzó a llover con mucha intensidad. Sin embargo Sethi se mostró imperturbable, recordando la antigua historia de cómo el Señor Krishna había levantado la Colina de Govardhana para proteger a los habitantes de Vrindavana de la devastadora lluvia enviada por el semidios Indra.


Él pensó: “Indra desea ponerme a prueba, él quiere evaluarme”. Y se dijo para sí mismo: “Esta bien, pues entonces envía la lluvia, envía todo el vendaval de lluvia que tú desees – pero yo tengo las bendiciones de Srila Prabhupada. Tengo un templo que construir, y lo voy a construir.”


Parecía como si todas las fuerzas del universo se hubieran puesto de acuerdo para detener a Sethi en su misión. A las 11 de la noche, la cuadrilla de demolición de la Sra. Nair regresó, y esta vez amenazando con enviar ciento cincuenta gundas (matones contratados) para detener el trabajo. Sin embargo Sethi, un orgulloso miembro de la raza guerrera del Punjab, se quedó tranquilo como si no pasara nada.


Él tomó su rifle, le entregó una pistola a su hijo Brijmohan, y les dijo desafiante, “Déjenlos venir. ¡Ellos pueden ser ciento cincuenta, pero nosotros tenemos doscientas balas!”. Sethi y su hijo se quedaron esperando, pero ningún matón contratado apareció. Sus valientes palabras habían hecho efecto.


Ellos trabajaron sin descanso toda la noche, el equipo de Sethi completó el trabajo en el templo a las 4 de la mañana, justo a tiempo para el mangala arati y las oraciones de la mañana.


Mas tarde, ese mismo día, el Juez Nian emitió el siguiente veredicto de la corte: “Lo que está construido, está construido, y nadie puede demolerlo.”


Fue una enorme victoria. Srila Prabhupada se mostró extremadamente agradecido, elogiando la valentía, el coraje y el servicio de Sethi al movimiento Hare Krishna.


Luego, cuando la batalla por adquirir esa propiedad ya había concluido, Prabhupada ocupó a Sethi en la construcción de los pisos superiores en todos los apartamentos en la Tierra Hare Krishna, diciendo: “Tal como usted está construyendo cuartos para los devotos, Krishna está construyendo cuartos para usted en Goloka Dhama.”




“Tal como usted está construyendo cuartos para los devotos, Krishna está construyendo cuartos para usted en Goloka Dhama.”





Durante sus últimos días, Sethi repetía estas mismas palabras a su familia para consolarlos y darles aliento. Al aproximarse al final, dejó de comunicarse con los demás y comenzó a pronunciar únicamente las palabras: “Radha Krisna” y “Srila Prabhupada”.


Cuando ya era evidente que Sethi partiría muy pronto, los devotos de ISKCON del templo Radha-Rasabihari de Juhu se reunieron en su casa y cantaron kirtan para él durante las 24 horas del día. En esta atmósfera Sethi pacíficamente abandonó este mundo.


P. L. Sethi siempre hablo acerca de Srila Prabhupada con enorme amor, y su mayor alegría era invitar a los devotos a su casa y servirlos. A través de toda su vida, él siempre ocupó sus bienes personales, su dinero y a los miembros de su familia en la misión de Srila Prabhupada.


Traducción: dasavatara das (Santa Fe)



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